30.10.21

No tengo escritorio
tengo que hablarte desde la postura de un iceberg
con la espalda inclinada sobriamente
y tantas capacidades truncas una sobre otra


en este instante íntimo de la historia
el deber sostenerse de los 
propios agujeros constituyentes
es la función que se nos ha asignado

viene primero probar
 mecanismos artificiales
comprobar que no se es robot ni espárrago
autómata ni ave libre de cuya cola
cuelga el hilo pequeño del que se ha liberado

después lo saben
enamorarse. darse vuelta 
hasta ser culebra camuflada 
cómoda 
en un panorama límpido de colores
combinados
y hallar en otro una parte  sustituyente
envidia de que en la repartija
esa belleza no nos haya tocado.


el final es decir
soñé que me moría.
la cola de una rata que al prender la luz
siempre sentimos que se ha escondido justo antes
y que ya surgirá luego,
cuando un golpe seco cierre la puerta.


ella
 no nos necesita
nos toca 
ser glaciares mal derretidos
el residuo del paisaje
 que evitan los focos registrar con la cámara
y se alimenta de la luz colada
 entre los mínimos hoyitos
que
porque algo nos queremos
dejamos que se agranden
 todo el tiempo