El problema está
cuando se deja ver una parte,
un pedacito de la parte sagrada
que en todos crece
y se agranda
y se muere,
cuando entra un ojo y se asoma
por la ventana,
y ve lo que no tiene que ver
ni el ojo, ni el dueño,
ni la nada,
porque la nada es parte,
de la parte que es el sueño,
delicado, frágil, brillante
y triste
que tras la coraza de los días,
poco a poco va creciendo,
y está oscuro,
y está solo
y nadie tiene que verlo.
"cada uno en su lengua puede exponer recuerdos, inventar cuentos, emitir opiniones; a veces incluso adquiere un estilo hermoso, que le proporciona los medios adecuados y le convierte en un escritor valorado. pero cuando se trata de urgar por debajo de los cuentos, de hacer mella en las opiniones y de alcanzar las regiones sin memorias, cuando hay que destruir el yo, no basta con ser un "gran escritor", y los medios deben resultar siempre inadecuados, el estilo devenir en no estilo, la lengua libera una extranjera desconocida, para que uno alcance los límites del lenguaje y devenga otra cosa que escritor" Gilles Deleuze
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