11.2.11

cine

un niño ve una película de los años cincuenta
quizás antes, donde hombres y mujeres bailan
blancos en un fondo negro
una música que carraspea y a veces es aguda
mientras sonríen detrás de sus sombreros
y se miran falsamente enamorados
muy falsamente
no tan enamorados.
se mece en su sillón marrón brillante
mientras la casa duerme en una paz tan aparente
que sospecha que en cualquier momento
todos renacerán como bestias.
lo olvida. ella lo besa y al niño le brillan los ojos
con asomobro y pudor. la casa calla, cómplice,
los padres duermen sin tocarse demasiado.
ha pasado un hombre borracho cantando un tango
por la vereda desierta. el niño lo olvida porque ahora
él le devuelve el beso con una pasión insospechada
mientras los demás bailan de fondo y negros.
cierra los ojos. se imagina besando a la misma mujer
o a lo mejor una más cercana, como la vecina
que a veces también lleva un sombrero.
vuelve a sonar la música con ritmo regular
pero es sólo un fondo para su amor eterno.
se hunde cada vez más en el sillón, embelesado,
y nunca más abre los ojos
al menos en sus años treinta, quizás después
al menos besando a una mujer con sombrero
y un gesto inquisidor detrás del velo de su sonrisa.

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