A mí se me devanan los sesos
de saberte dormido
ahora que es la misma hora
en todos lados.
Y sospecho sin esfuerzo en
argumentarme
que se me ha clavado una
astilla en el sistema nervioso central
/ o en el hueco amarillo
penumbroso
de donde salen los
pensamientos que hacen
con saña de máquina de industria
incapaz por sí sola de frenarse
que no seas un veneno moderada y tácitamente inyectado /
y mediante su ataque les
cortó el cuello a todos estos
insectos pequeñitos que
habitan mi cabeza.
Ahora son cadáveres tiernos
aptos para ser comidos
y quién más
-
porque yo no puedo entrar en mí ni quiero
a
ese panorama de cardos sobre flores y flores como cardos
aunque
terapias y torturas de inviernos combativos me inspiren tanto a hacerlo
y
vos
vos
mi mayor
duda siempre fue
si nunca
tuviste el código de mi sistema, o fuiste acaso
su único
inventor, tan mafioso que no me susurraste de cerca
la clave durante el último
orgasmo consciente
sino ella ha construido su
frágil imperio
ya provisto de palillos y
utensilios de todos los largos.
///
Pareciera que tengo
los ojos hacia adentro
cada vez que me domina el
seso la pulsión aniquilante
de dibujarte en una posición
pasiva, allá lejos
sin recursos para
transportarte y así sigo
estiro el proceso de un
dibujo trabajado y difícil
será una afectación biológica a mi sistema
la que me ha inclinado a retratarte
así, con la manía de una escultora
lista para que los
pensamientos
sean cucarachas sin cabeza
que se traguen a la astilla
y vos te corporices para que
tanto asco me de tu saliva en la comisura
y tus manos sin circulación
y tu vientre inmaduro y dejado
que ya no quiera, que ya no,
que ya
haya sido suficiente y que
mejor no
no quiera saber nunca mi
código
de sabiduría interna
ni nada que tenga que ver
con sacrificar el coma
en que esta astilla
cristalina
amablemente me ha dejado
1 comentario:
Este sería mi cadáver exquisito de tu cadáver exquisito, y una ovación ante este hermoso poema. Más bién un pameo. Así da gusto nacer la madrugada, sí señor!
A mí se me devanan los sesos de saberte dormido
ahora que es la misma hora en todos lados.
y mediante su ataque les cortó el cuello a todos estos
insectos pequeñitos que habitan mi cabeza.
Pareciera que tengo
los ojos hacia adentro
cada vez que me domina el seso la pulsión aniquilante
de dibujarte en una posición pasiva
tanto asco me de tu saliva en la comisura
y tus manos sin circulación
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