Dónde metemos lo que nos pasa,
entre tanta inútil tristeza,
entre tantos que nos dicen que no,
que no tengamos profundidad
ni siquiera superficie,
que no tengamos nada,
que no seamos nada,
que no querramos nada,
no, nunca tengamos proyectos
ni sembremos ilusiones
ni miremos paisajes,
sólo sirvamos,
para no servir para nada,
para no estorbar,
para que todo siga andando
casi, digamos,
normalmente.
"cada uno en su lengua puede exponer recuerdos, inventar cuentos, emitir opiniones; a veces incluso adquiere un estilo hermoso, que le proporciona los medios adecuados y le convierte en un escritor valorado. pero cuando se trata de urgar por debajo de los cuentos, de hacer mella en las opiniones y de alcanzar las regiones sin memorias, cuando hay que destruir el yo, no basta con ser un "gran escritor", y los medios deben resultar siempre inadecuados, el estilo devenir en no estilo, la lengua libera una extranjera desconocida, para que uno alcance los límites del lenguaje y devenga otra cosa que escritor" Gilles Deleuze
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