El fuego es esa llama movediza
que incendia la aurora con gritos vibrantes,
no está nunca en verdad conmigo,
es un fantasma que se pliega de noche,
y brilla aún más cuando está muerto.
Carga a su vez la pasión y el miedo,
el terror a la muerte y ese deseo
de que nunca se acabe su fulgor rosáceo,
como de flores que alumbran el cielo
y adornan paisajes que luego son llanuras,
que luego son tristezas que lloran los viajeros,
tiene un aroma a incendio nocturno,
porque el fuego es un aliado de las mil estrellas,
no las deja nunca solas aunque no se vean
cuando apenas nace entre algunas maderas
y recrea las imágenes que han sido muertas,
mientras sus colores son como un día
que va y que viene, que carga tristezas
para ser quemadas en risa suave,
en canto lento,
con su sonrisa desmembrada,
con su sutil belleza.
"cada uno en su lengua puede exponer recuerdos, inventar cuentos, emitir opiniones; a veces incluso adquiere un estilo hermoso, que le proporciona los medios adecuados y le convierte en un escritor valorado. pero cuando se trata de urgar por debajo de los cuentos, de hacer mella en las opiniones y de alcanzar las regiones sin memorias, cuando hay que destruir el yo, no basta con ser un "gran escritor", y los medios deben resultar siempre inadecuados, el estilo devenir en no estilo, la lengua libera una extranjera desconocida, para que uno alcance los límites del lenguaje y devenga otra cosa que escritor" Gilles Deleuze
3 comentarios:
Me gustó tu poema, escribís bien.
Mis saludos desde Ángel Poético.
excelente.
como siempre pola
Volvi a escribir...
Supuse que tenía que decírtelo
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