29.10.10

estos días

si sucede que la muerte
despierta fervores públicos y congojas insospechadas,
y amor y odio demasiado extremos,
y llantos demasiado efusivos,
seguidos de un homenaje correcto
con palabras justas y alguna puteada
para expresar el enojo de algún modo
es que su aparición sorpresiva
nos llena de miedo
y se nos cala en los huesos
como si fuéramos los próximos.

No hay comentarios: