No la molestes,
duerme,
se baña en sueños
que no son realidad,
que se alejan del humo,
de los cigarrillos,
de las cosas baratas,
y las flores artificiales,
se va de espaldas al mundo
para creer que son eternas
las ocho horas en que es,
en su esencia y en su cuerpo
y en su almita inmadura,
es en todos lados
y en todos los tiempos del mundo
y del no mundo,
dejala no la despiertes,
que sean diez minutos que para ella
serán tal vez miles,
y no tendrán ni una gota de tiempo
ni de agujas ni de números,
serán solo suyos
como una reliquia
que jamás volverá a tocar.
"cada uno en su lengua puede exponer recuerdos, inventar cuentos, emitir opiniones; a veces incluso adquiere un estilo hermoso, que le proporciona los medios adecuados y le convierte en un escritor valorado. pero cuando se trata de urgar por debajo de los cuentos, de hacer mella en las opiniones y de alcanzar las regiones sin memorias, cuando hay que destruir el yo, no basta con ser un "gran escritor", y los medios deben resultar siempre inadecuados, el estilo devenir en no estilo, la lengua libera una extranjera desconocida, para que uno alcance los límites del lenguaje y devenga otra cosa que escritor" Gilles Deleuze
1 comentario:
Yo que no ando durmiendo bien, me identifico con este texto. Quiero diez minutos sin números ni agujas.
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