Qué hizo el tiempo conmigo,
me bebió la sangre,
la dejó seca.
Me sorbió las ganas,
las dejó muertas.
Qué aventura buscó
entre mis pobres huesos
cansados, negros,
roídos por mis dientes,
vivos en sueños.
Por qué no me dejó acaso
muerta en la tierra
de un país ajeno,
por qué no, en lugar de
dejar ante mis ojos
mi imagen zonza,
saltando
en una libertad
encarcelada.
"cada uno en su lengua puede exponer recuerdos, inventar cuentos, emitir opiniones; a veces incluso adquiere un estilo hermoso, que le proporciona los medios adecuados y le convierte en un escritor valorado. pero cuando se trata de urgar por debajo de los cuentos, de hacer mella en las opiniones y de alcanzar las regiones sin memorias, cuando hay que destruir el yo, no basta con ser un "gran escritor", y los medios deben resultar siempre inadecuados, el estilo devenir en no estilo, la lengua libera una extranjera desconocida, para que uno alcance los límites del lenguaje y devenga otra cosa que escritor" Gilles Deleuze
No hay comentarios:
Publicar un comentario