12.1.10

No siempre es culpa de algo

¡Miserable quien no piense,
quien no crea ni siquiera en la belleza
que tiene ante sus ojos!
El que encerrado en su espejo crea que el mundo
es sólo él y sus deseos.
Y si mira afuera un rato, todo lo demás
le parece feo y absurdo.
¡Cuán vacía está el alma que no cree
y a la que el tiempo se devora
lentamente!

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