Bajo la lluvia aún se dibuja tu cuerpo desarmado, y llueve y caen gotas, y otras y otras, y puedo decir sin embargo que me hace bien verlas caer, verte caer. A vos, a tu silueta, al resto de vos y a tus palabras que aún suenan en mí. Todo el tiempo, qué voy a hacer, si todavía, aunque escuche música, me ría con amigos y coma descontroladamente satisfecha de mí, no puedo borrar tu nombre. Es como si estuvieras escrito en alguna parte, en mi cabeza, en un trozo de piel que guardó tu aroma.Y sé recordar que viniste una vez a buscarme y corrimos bajo la lluvia y nos besamos en algún rincón de la ciudad, sin importarnos la calle ni que tal vez estábamos perdidos. Y qué inútil es recordar esas estupideces hoy, si es verdad que aún puedo correr y besar y perderme. Pero ya no estás aquí.
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