"cada uno en su lengua puede exponer recuerdos, inventar cuentos, emitir opiniones; a veces incluso adquiere un estilo hermoso, que le proporciona los medios adecuados y le convierte en un escritor valorado. pero cuando se trata de urgar por debajo de los cuentos, de hacer mella en las opiniones y de alcanzar las regiones sin memorias, cuando hay que destruir el yo, no basta con ser un "gran escritor", y los medios deben resultar siempre inadecuados, el estilo devenir en no estilo, la lengua libera una extranjera desconocida, para que uno alcance los límites del lenguaje y devenga otra cosa que escritor" Gilles Deleuze
17.4.08
Te quiero.
Querer. Quererse. Quererse de una forma desgarradora, brutal, al punto de superar magnitudes, de romper delicadezas. Querer amando el cariño, querer sin pensar, como en un mundo y no en el otro, como sumergido. Y ahí es donde se desbarranca, donde no se entiende. Ahí es donde todo se paraliza y él, el querido, el que quiere... él vuelve a pensar. Vuelve a pensar que al final es mentira. Es mentira que hay otro lugar, que la perfecta utopía existe. Ese abrazo. Perderse. Se desampara, se distribuye en milésimas partes a través del aire, se escapa de las manos. Desaparece casi sin poder percibirlo, y, recién rompiéndose, se da cuenta de su propia fragilidad. De que quiere tanto y al mismo tiempo odia, odia profunda y rencorosamente, odia dónde está parado, porque no tiene otro lugar donde pararse. Porque todo lo encierra en sí mismo, porque no puede escapar. ¿Y qué va a hacer, llorar, pedir perdón, gritar? No. Quiere.
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4 comentarios:
esas dos palabras significan mucho, MCUCHO de verdad, pero ese valor se disminuye cada dia mas.
El fotlog es el culpable ¬¬
mirá vos...
qué curioso
pensaba venir acá y decirte que te quiero con el alma
y me encontré con un escrito muy bello sobre el querer
estoy de acuerdo con la srita castaña sofía, ese valor se disminuye cada vez más
gracias xavi ¬¬
lo mejor cuando uno no tiene otro lugar donde pararse, es guardarse las manos en los bolsillos y mirar alrededor... la única manera de no odiar profundamente es muchas veces reconocer que lo que vivimos probablemente nunca cambie, para que cuando lo haga... uno pueda moverse de ese lugar que tanto conoce, por suerte o desgracia, y por fin empezar a caminar... querer es siempre la solución, incluso a ese mismo odio, abrazarlo, hasta que caiga por su propio peso, y no tengamos que preocuparnos por nada más que querer... lo que sea y a quien sea, pero querer de verdad... sin disimulos ni dobles intenciones... eso pasa poco ahora, si es que pasa...
Había empezado a leerlo pero nunca lo terminé. Hoy volví a entrar acá por casualidad y lo leí. Y me emocionó porque últimamente estoy un poco... así, como contás. Que quiero.
Besos Pau :)
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