La palabra de Dios
es como la del que mira
desde arriba, desde las montañas
o las nubes o los cielos infinitos
y majestuosos,
caer el hambre y la ignorancia que son una ola
también así de infinita
y de majestuosa,
sobre bajas cabezas y rostros
bañados en un llanto incesante
que exige, reza y pide
con el grito de quien no puede hacer
más que gritar,
que al menos aparezca
la mano del tan nombrado,
que dé señales y que los tome
así de la nuca y de los brazos,
y los lleve a lo tan soñado,
a donde hablan los libros,
a donde dice estar lo hermoso,
a lo que sólo se llega
amándolo,
pero no encuentran manera ellos
de amar lo que no da,
lo que sigue igual de arriba,
mientras ellos están igual
de abajo.
"cada uno en su lengua puede exponer recuerdos, inventar cuentos, emitir opiniones; a veces incluso adquiere un estilo hermoso, que le proporciona los medios adecuados y le convierte en un escritor valorado. pero cuando se trata de urgar por debajo de los cuentos, de hacer mella en las opiniones y de alcanzar las regiones sin memorias, cuando hay que destruir el yo, no basta con ser un "gran escritor", y los medios deben resultar siempre inadecuados, el estilo devenir en no estilo, la lengua libera una extranjera desconocida, para que uno alcance los límites del lenguaje y devenga otra cosa que escritor" Gilles Deleuze
1 comentario:
ya hablamos bastante de este poemita anoche, aunque nos fuimos por las ramas. así que mucho no tengo para agregarle
por cierto... algun que otro problema?
espero que la estes pasando bonito
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