14.8.08

Sobre mentes y otras cuestiones.

Mira cómo nace en tus ojos,
de intocables cielos y salvajes bravuras,
una ola que arrasa mi cordura
y hace que sea en mí el antojo.
Y así descontrolada la razón,
atada por el implacable deseo,
vuelve serena del paseo
para arrancarme de pieles la pasión.
Aquella que, solitaria,
va renaciendo poco a poco,
y se escapa de la ciencia,
del deber y la paciencia,
para insaltarse ya sin foco,
entre mi alma impulsiva,
y aquella que, irremediable,
piensa.

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