Mira cómo nace en tus ojos,
de intocables cielos y salvajes bravuras,
una ola que arrasa mi cordura
y hace que sea en mí el antojo.
Y así descontrolada la razón,
atada por el implacable deseo,
vuelve serena del paseo
para arrancarme de pieles la pasión.
Aquella que, solitaria,
va renaciendo poco a poco,
y se escapa de la ciencia,
del deber y la paciencia,
para insaltarse ya sin foco,
entre mi alma impulsiva,
y aquella que, irremediable,
piensa.
"cada uno en su lengua puede exponer recuerdos, inventar cuentos, emitir opiniones; a veces incluso adquiere un estilo hermoso, que le proporciona los medios adecuados y le convierte en un escritor valorado. pero cuando se trata de urgar por debajo de los cuentos, de hacer mella en las opiniones y de alcanzar las regiones sin memorias, cuando hay que destruir el yo, no basta con ser un "gran escritor", y los medios deben resultar siempre inadecuados, el estilo devenir en no estilo, la lengua libera una extranjera desconocida, para que uno alcance los límites del lenguaje y devenga otra cosa que escritor" Gilles Deleuze
No hay comentarios:
Publicar un comentario