19.4.10

Desde el miedo hacia el miedo

Cuando recobren el vuelo las voces calladas, montarán los navíos y circundarán otras tierras. Yo buscaré entre los árboles las versiones nuevas vacilando entre el viento y su calma y sonreiré en la timidez del miedo. Nadie gritará porque no hará falta, nadie correrá porque no habrá meta. El mismo paso nos trazará el camino, no me angustiaré por la ignorancia ni temeré por la mía, porque ese silencio que guardo como a un secreto que podría sucumbir al mundo, primero será un pudoroso atrevimiento, luego tomará la fuerza de las pocas manos que lo empujen y por fin morirá traducido en la propia verdad, la mayor verdad.
Si responde la humanidad con violencia desenfrenada, si me matan a tiros en un impulso animal, que mi sangre siga mojando sus pies plantados a la tierra: yo emprenderé por fin mi viaje hacia todos los oídos del mundo, que elegirán cuándo escucharme, si entre el bullicio de los hombres enojados, desde la punta misma del cerro, o en la invasión extraña de un sueño que dajarán pasar, como si fuera un delirio del inconciente.

4.4.10

El impulso

Cuando me interné en el bar, yo no sabía lo que hacía. Supongo que fue un poco ella, también las arrugas asomadas, el monótono pesar de la muerte. Me descubrí solo: había algo en mis manos que no cargaba con la voluntad de la risa, con la palmeada en la espalda... Qué increíble su cuerpo, qué cosa ahora el mío. El golpe del tiempo, la morbosa realidad del hombre, uno tras otro los vasos de whisky, todo en un instante sagrado, como si Dios me hubiera dicho hacelo, ya no valen las procesiones ni los rezos, hoy por fin sos persona libre y mediocre, es tuyo el mundo. Creo que estaba la cama desarmada, esa neblina pesada de humo de cigarrillo, su foto tirada en el piso por una reacción que no recordaba, y todo así pasó y de repente estaba acá, como siempre, la luz nunca deja ver nada salvo el brillo inútil de la barra, o su imagen mentirosa a mi lado.

1.4.10

La decisión, la enseñanza y la vida

Otra noche hoy me encuentra en ese sinfin de vespertinas salidas, que es quedarse en el mismo lugar pero en otra silla. Me pregunto si serás la misma mina de la otra vez... puede que seas un hombre, como de esos que se visten de mujer, o se maquillan, yo no sé muy bien, parece que me hubiera quedado en el pasado, en la vieja costumbre de la borrachera silenciosa y el camino a la muerte con los pulmones podridos y los amores siempre frustrados, ni una buena había viste, pero eso sí, siempre los amigos, ah nada valía más en el mundo y ahora nadie sabe bien cómo se llama el otro, yo te digo porque veo todo el tiempo, más bien observo, el desprecio con que se abrazan, el asco con que se besan, cómo les entretetiene más la franela que pasa el viejito por la barra que el funeral de la madre de su compañero, su fiel hermano, sabés lo que es eso. Hace poco decidí viste, dejar un poco de tomar porque me interesan esas cosas y me di cuenta de que emborracharme es quedarme en mí y a veces vienen recuerdos muy feos, no te voy a andar cargando con eso pero qué hay en este lugar sino pasado, toda gente que parece que estuviera muerta, que se dio cuenta por fin, después de la felicidad inventada, de que se va a morir y poco puede hacer más que apoyar la cabeza... mirá cómo está ese tipo, no más de treinta años y miralo, dormido o en coma o quién sabe, toda una vida para qué. Toda una vida para nada, mi amiga... Cómo tengo que llamarte para que no te ofendas, poco entiendo de los códigos, lo que sé es que por hoy una cerveza no más, si me pongo a pensar la decisión no tiene mucho sentido pero al menos existe, yo me pongo contento porque se me ocurrió, viste cómo uno llega al punto de conformarse con un jueguito mental que no tendrá ningún resultado... y uno lo sabe muy bien. Estoy un poco ansioso porque amanezca, yo ya te dije eso de que amo todas las cosas, pero ahora que lo pienso es una pavada enorme, mirá que uno puede ser capaz de amar esto, cosas que ni siquiera se ven y si uno las ve lo único que puede hacer es espantarse y lamentarse porque ya no tiene fuerzas para salir corriendo. ¿Que no te conté? Alguna noche de estas probalo... bueno, disponete. Si no les encontrás un real sentido a las cosas, amalas, al final si no te queda otra no es tan difícil. Y la pasás mucho mejor de lo que pensabas, y no lo pensás dos veces antes de ponerte a hablar con alguien que seguramente sea con quien hablaste algunas cuantas pocas noches atrás, pero si no te aclara nada, entonces cómo carajo querés que sepa, qué cosa cómo se pone la gente ahora, que se piensa que uno entiende todo.