29.6.08

Los restos.

¿Qué sería de vivir si no fueras vos el empujón, si no fueras la sangre y la esperanza? ¿En qué podría creer si no te viera desde lejos y no fuera a abrazarte, si no estuvieras ahí para sonreir entre los llantos? No lo sé, pero entiendo que la vida tiene esas cosas que no podemos entender, sé que un día tu cuerpo se escapará de mis brazos como un fantasma, que tus labios se volverán intactos a mis labios, que tus manos serán sólo un triste recuerdo para las mías. Es por eso que hago de cada instante una delicia incomparable, que convierto a cada beso en mucho más que él, que vivo cada abrazo como lo inevitablemente finito. Y así te voy desgastando y disfrutando, exprimiéndote hasta el día en que no quede más de vos y tus restos tengan que partir solitarios y tristes. A otra vida y a otra boca y a otras manos y a otra mente que los terminen de deshacer por completo.

28.6.08

El idioma del presente.

El idioma del presente es seco, puntual, directo, frío, insensible. Es mensaje agresivo, es realidad. Es concreto y neutral, dice y no dice nada. Es un lenguaje limitado y general, grita, vocifera, halaga o insulta, no se equilibra, no reparte ni se abre. Generaliza. Habla por hablar, nunca se calla porque necesita desesperadamente estar y ser. No hay espera ni silencios, no hay tiempo ni espacio, hay oleadas de palabras sin repartir, que son una sola y dicen una sola cosa. Es literal, no es ambigüo, no es instintivo ni natural. Es porque debe ser y está porque debe estar, aquí y en todos lados, ahora y todo el tiempo. Como si fuera, en realidad, tan necesario.
No argumenta ni justifica, no busca otras cosas, se cierra en él y anda inevitablemente en sí mismo. A todo tiene una respuesta, todo es o no es, se limita al extremo, al saber o no. Es rápido y cuantitativo, es estético y superficial, se adorna y se disfraza para salir. Es en función a la mirada del otro, actúa o deja de actuar según lo otro, lo demás. Cree en la agresión y la violencia, aplica la mente y no el sentimiento. Vive a través de su propia ignorancia y su propio límite, no sabe y cree saber, no sirve y cree servir. Y así sobrevive a través de los años. Importa. Y sabe cómo actuar para seguir estando, seguro y firme: no siente.



Tal vez me pase por leer mucho a Garcilaso. Posteo número 70.

25.6.08

Ideas.

Y si el amor es ese paradigma de perfección, insuperable, superior y uno de los grandes objetivos del ser humano. ¿Por qué de un día para el otro puede esfumarse y uno irse con el primero que se le cruza o abandonar sin piedad a su eterno amado? Es decir, ¿por qué así como es fuerte también es frágil, así como es infinito es, al mismo tiempo, tan fugaz? Pueden escribirse canciones, cuentos, ensayos, cartas intentando definir desde una visión propia el amor, pero no es más que eso, una visión. Y así se van construyendo las visiones hasta que queda una sola y que es la que hoy tenemos. ¿Pero nos alcanza con tener esa idea prefabricada? ¿O no es necesario armarse de experiencia, de valores y ojos propios para sentir ese amor? Y al hablar de amor como un sentimiento comienza uno a cuestionarse... ¿existe el amor o sólo la palabra que lo define? ¿No es acaso un engaño, un intento inútil de definir algo indefinible y que luego se convierte en una mentira? Mentira arrastrada a través de los siglos, la belleza, las mariposas en la panza, la felicidad. Y tan inefable es que es muy necesario encontrarle una explicación, y ahí esta el amor, como esa palabra colocada, forzada que intenta describir todas aquellas paradojas con las que está construida.

24.6.08

Mis más sinceras disculpas.

Espero no asquearte con mi discurso vacío, con mis silencios, con mi ausencia. Espero no arruinarte con las ganas frustradas, con los momentos perdidos, con las desilusiones. Y que me perdones lo que no hice, lo que sí, lo que haré y no sabrás, pensando en que no intento molestar con mi inocencia perdida, con mis sonrisas idiotas, con mi beso sorpresivo. No intento ser más, no intento buscarte. Dejo que pase el tiempo como entregada, y mientras lo aprovecho. Sólo un poquito.

22.6.08

En el banco.

Sabés que apenas me pongo a pensar en vos se me paralizan las entrañas y se me seca la boca, como si la saliva se encerrara entre los dientes y me torturara desde ahí ansiando tu vuelta. Y se me ponen fijos los ojos en cualquier punto que encuentren, y se hace más denso el pasaje de las horas porque te esperamos, ellas y yo, esperamos aburridas el timbre de tu voz. Así podemos quedarnos días enteros, sentaditas con la sangre helada y la voz bien calladita, no vaya a ser que me susurres bajito y que no pueda escucharte. No, tengo que ser cautelosa sobre todo cuando sé que estás más cerca y pienso en vos ya no como la distancia o la ilusión sino más bien como la realidad y hasta me aburro un poco. Porque el pensamiento se vuelve inútil y tonto, porque para qué pensarte y encerrar la saliva y sentarme ahí si de un segundo al otro te podés hacer verdad, te podés hacer hueso, carne y espíritu y así poder mutarte y volverte muchas veces hasta hartarte de nuevo, seguir el causa natural que tienen estas cosas. Para poder desgarrarme en mi propia necesidad, si es lindo saberte lejos mientras se me paralizan las entrañas y mis dientes se cierran buscando tu boca, y esperándote.

21.6.08

Invierno.

Ahí está, el invierno. Llega como agazapado a la costumbre. Llega y me saluda nostálgico, arrastrando vientos y lluvias pasadas, recuerdos que están como congelados por el tiempo mismo. Vuelven y me dibujan imágenes viejas y gastadas, se traducen en realidades o vientos o nieblas, se hacen reales como la noche temprana, cuando todo vuelve y se hace más crudo porque el frío se siente en la carne y en los huesos. Por eso apenas se ve aquel cielo estrellado que ahora está lleno de turbias tormentas y lágrimas gruesas, que ahora se hace invisible y turbio en la mirada y en el tacto, y lejano en los labios secos. Que se resquebrajan con el viento y las hojas, se quiebran una y otra vez como reviviendo y buscando el beso que el hielo se llevó, buscan desesperados el refugio húmedo y febril de la luz pero no ven más que noches eternas y encerradas en la melancólica rutina. Así espera el labio ya roto, el día impaciente, la brisa imperceptible y el hombre tan solo. Esperan que se vaya la tristeza que trae junio cuando viene sin querer irse, porque nunca se irá.

17.6.08

Llegó la hora.

No es tan fácil escaparse de la propia esencia, de la mismísima realidad impuesta. No es sencillo de un día para el otro convertirse en la independencia para dejar de ser, o acaso se comienza a ser pero cómo saberlo. Corrés como quien corre al horizonte, a las palomas, al viento. Corrés y no sabés a dónde pero lo hacés porque ansiás esa libertad que te aprieta el cuello y los nudillos, y te grita mientras te estalla el tímpano, que salgas y te lo grita tan fuerte que te mareás y después vomitás sin parar. Pero no sabés cómo hacer, te da asco y miedo la independencia, te enfermás pero ya es más allá de la conciencia que avanzás, más allá de vos, porque es así la vida y lo será hasta el último día.

13.6.08

El tiempo que pasa.

Cada mañana me despertaba y entre la lagaña y el bostezo me iba dando cuenta de que ya nada era lo mismo. Siempre me costó asumir la realidad pero era tan notable y triste verte envuelto entre las sábanas con apenas un pelo asomado y un pie del otro lado, con la saliva resignada colgando entre la comisura de tus labios secos. Podía ver al tiempo pasar con sólo detenerme un segundo y que se hiciera imposible el recordarte de la forma que eras, y no por dejar de amarte o de desearte, porque era casi un reflejo hacerlo y tampoco me quejaba, sino más bien por la lástima que me daba la destrucción. Al final hubiera sido mejor decirte las cosas al tiempo e irme y buscar a alguien que supiera cuidarse un poco mejor, y que me quisiera y que por eso no me diera lástima. Pero no, era incapaz de irme porque no dejaba de verte precioso casi por obligación, pero te veía igual como siempre lo había hecho. Aunque las etapas hayan sido superadas y ahora ya no me importe nada porque es otro momento y otra cuestión y otra imagen. Porque siempre cambian las imágenes pero nunca dejé de admirarte de igual forma, a pesar de que me hayas abandonado y no tenga ganas de nada más, sólo de verte envuelto entre las sábanas, ya sin pelo, sin barba, sin años por vivir. Sin todo eso que te hacía vos al final, que hacía al recuerdo que hacía al amor que hacía al ser. Que hoy es, y que te extraña.

8.6.08

Metros.

Verte resulta una tarea ideal, ubicarte entre los cuerpos homogéneos, saberte ahí tan cerca de mi vista, de mi cuerpo. Tan distinto entre el mundo igual. Y no te confundo nunca el pelo ni la barba joven, no veo a otros en vos, te veo a vos como una estela en el infinito, esa parte tan real de mi irrealidad. Ese trozo de vida que me hace falta ver, cuando estás lejos y no te encuentro porque terminás siendo igual al resto, una pieza indispensable en todos los mundos. Por eso me desangro cuando te busco y me voy cuenta de que no te necesito porque sos sólo la ambición y el orgullo del uno y no del otro, sos tan parcial en mi vida. Pero porqué entonces ubicarte me hace pensar en cosas hermosas, y en esas cosas que nunca llegan a ser vos y son sólo una imagen y un conjunto de tu cuerpo desarmado entre la gente y el amor. Entre el amor y nosotros.

6.6.08

Patrón verbal.

Estaba tal vez demasiado ocupado como para pensar en lo desastrosa que era su vida. De un día para el otro tuda su comodidad, esa seguridad que le brindaba su rutina desaparecieron. Y se encontraba sin nada.
Y la vio. Era ella, o su belleza, o el mal día, o el calor. Venía como despreocupada, contenta, real. Todo lo que a él le faltaba, ella lo tenía. Le preguntó la hora, el nombre, las cosas. Y sin saber cómo ni porqué se prendió la blusa, lo miró a los ojos y caminaron hasta el momento en el que ocurrió, y no supieron qué pasó, fue el alboroto y esa soledad. La irrealidad que los dejó que hicieran y deshicieran, que pudieran, sin importar si debían, sin importar el día.
Era el sol otra vez, como esos días cansados, iguales. La vio y qué iba a hacer más que verla, si allí estaba. Y de pronto todo se cortó, y sin recibir una explicación, se fue como si nunca hubiera estado, y su rostro quedó grabado en su memoria. Pero qué importaba si no estaba, si llegó a su casa y vio a su marido y no le habló, pensar en él la hacía sentir tonta. Tenía su recuerdo tan presente, su ausencia tan inútilmente clavada que apenas entendía cómo había cambiado esa hermosa utopía por la idiota realidad.
Los días pasaron y apenas se guardaban los momentos. Y fue en uno de esos donde había algo, donde se encontraban y donde iban y se abrían al ese mundo donde el encuentro no era más que caer lo que parecía, pero no era.

3.6.08

Pasado, pasado...

Era precioso mirar apenas alrededor, verte tan íntegro y perfecto, porque te hacías perfecto apenas volvía a verte, una, dos, mil veces. Porque eras diferente cada segundo, cada beso, y eso era lo que me encantaba de vos, cambiabas como si no hubieras existido nunca, así como yo cambié también y ahora quién sabe qué haría si volvieras con tu imagen real, qué haría. Te dejaría ir como dejo ir las cosas que ya no quiero, dejaría que desaparezcas como siempre lo hiciste, te miraría de lejos y apenas, apenas mirándote, sintiendo cómo te voy perdiendo mientras la imagen se hace lejana, luego una silueta, luego una sombra, luego el viento, luego adiós. Y te veré ir casi sin importarme, olvidándome de todo, recordándote como el pasado, la vergüenza, haciendo ajena tu boca aunque me cueste la vida, creando otra boca tal vez más mía, tal vez. Más perfecta.