30.10.21

No tengo escritorio
tengo que hablarte desde la postura de un iceberg
con la espalda inclinada sobriamente
y tantas capacidades truncas una sobre otra


en este instante íntimo de la historia
el deber sostenerse de los 
propios agujeros constituyentes
es la función que se nos ha asignado

viene primero probar
 mecanismos artificiales
comprobar que no se es robot ni espárrago
autómata ni ave libre de cuya cola
cuelga el hilo pequeño del que se ha liberado

después lo saben
enamorarse. darse vuelta 
hasta ser culebra camuflada 
cómoda 
en un panorama límpido de colores
combinados
y hallar en otro una parte  sustituyente
envidia de que en la repartija
esa belleza no nos haya tocado.


el final es decir
soñé que me moría.
la cola de una rata que al prender la luz
siempre sentimos que se ha escondido justo antes
y que ya surgirá luego,
cuando un golpe seco cierre la puerta.


ella
 no nos necesita
nos toca 
ser glaciares mal derretidos
el residuo del paisaje
 que evitan los focos registrar con la cámara
y se alimenta de la luz colada
 entre los mínimos hoyitos
que
porque algo nos queremos
dejamos que se agranden
 todo el tiempo


6.4.20

pandémicos

recobramos la sombra que perdimos una noche
en que los murciélagos intentaban comernos las pestañas: 
transpirábamos
éramos nuevos en el brandy
nuevos en la noción del tiempo
y despertar era una lección del diablo 


aunque dormida, suponíamos
que existía en alguna parte
reposaba entre los restos de otra noche idéntica
 en que mujeres morían aplastadas por huracanes
y no tenían tiempo para exhalar
o un día, quizás, de otro país
en que los niños duermen en los campanarios
y las plazas son escenarios del paso de los muertos



hoy
la encontramos
entre la silla y el pliegue del zapato
que no se ve a cierta hora del día
pero ya era tarde, como siempre
que vemos lo oscuro a la luz de las cuatro y el sol 
ya está cansado de querer despertarnos



el sueño es sólo una fase confusa
en la que no confiamos
y el olvido parece una herramienta eficaz
siempre nueva
para mantenernos
siempre
en el mismo
espacio




5.6.18

el color desconocido. - tips para ir al caribe -



cuando me preguntan si estuve en el caribe, cuento algunas cosas: que mi compañero se insoló y no teníamos plata para el médico, que cuando encontramos un hospital público pensaron que tenía dengue y lo tuvieron internado un día entero. al final, quisieron cobrarnos la consulta. él estaba volando de fiebre y medio dopado, y yo tuve que contarles a unas chicas con el pelo planchado, cómo era que viajábamos, y porqué terminamos ahí. en ningún momento entendieron nada, pero nos dejaron ir. 



también que fuimos a un hostel en cartagena que tenía una ventana rota, y seguro algunas cucarachas, y ese día justo llovió muchísimo y se nos mojaron todas las cosas, pero las lluvias tropicales duran poco (por supuesto que yo no lo sabía, por supuesto que no estudié nada antes de ir para allá) y al otro día volvía a arder todo, como siempre, y nosotros sin plata y completamente peleados, pero esa es otra cosa. 


agrego que el mar caribe, cuando uno lo ve después de viajar durante cinco meses a dedo, trabajando todos los días, despidiendo gente querida y gente detestable, manteniendo vagos y siendo un vago mantenido - porque de viaje, así, de viaje, no hay lugar para categorías - no es como en la postal, no es como uno espera, se parece a un milagro terrible. la playa está repleta de gente que grita, de niños que corren, la arena es blanquísima, tus pies están sucios, te bañaste, quizás, o algo parecido, pero estás sucio, y trabajaste para ganar una plata que ya te gastaste, y te metés con la ropa puesta, porque te aseguro que si hoy pensás que no te importa tu aspecto, es mentira, sólo en ese caso, no hay una mínima posibilidad de que una idea así se te pase por la cabeza, corrés salpicando y enseguida estás en un agua muy profunda. parece que van a atacarte tiburones, o al menos yo tuve esa sensación, creí que podía pasarme cualquier cosa, no hacía pie, el agua me acariciaba la piel, seguro había corales y peces pequeños y coloridos pero no quise mirar - recuerdo que después, en otro mar, miré hacia abajo y sentí un nudo inmenso en el pecho - pero había un equilibrio, un equilibrio que no se parece a ningún equilibrio anterior: la temperatura. descubrí que todas las temperaturas están interferidas. la ropa, la piel, la cama, el auto, el bondi, el negocio, el trabajo, la casa, el cuerpo de otro, el pelo. todo nos compone. ahí te aseguro que no te compone nada: sos el cielo azul que no termina nunca, sos la superficie del agua, sos tu cuerpo agrandado en la densidad, sos tu pelo flotando al lado de tus ojos, y sos también esa gente que rebota aunque esté lejos, y sos el que te espera en la orilla. dan ganas de llorar, pero no es el mar caribe, no hay un punto en el mapa, no hay un color ideal.



cuando le conté a mi sobrino de cuatro años que existían mares de colores, me empezó a pedir primero que le contara cómo son, pero no se conformó con eso. quería verlos. le expliqué que nuestro mar también era de un color. claro que él quería esos colores que no había visto nunca. no es el mar caribe, no es la ciudad turística más visitada, no es la playa escondida. es el color desconocido. 

9.11.15

simulacro de diálogo entre conciencias complementarias

A.

ellos no son como nosotros
mientras pasean
el universo se tuerce débilmente y allá abajo
los centros de la tierra obedecen a un mecanismo involuntario
un círculo
de regeneración y pérdida

en la ventana se traslucen otras cosas
además de la sombra opaca de un árbol anunciando una primavera
o su caída
o la sombra de un hombre sobre el tronco
pero no tiene sentido saberlo
porque el ojo no está hecho para más esfuerzo
es simple  como
eso

B.

pero debería haber
un transpaso del límite

ese desbarajuste que nos hace gritar 
para decir gracias
te quiero
hace calor acá
¿de qué manera los corazones pueden encontrar una sintonía

no moriríamos entonces? 

aún así
me gustaría ver
mi ojo estallando de furia
porque los nervios
porque la sangre
se pasó de revoluciones
me gustaría
verlo

A.

yo podrìa pasear
por toda la ciudad devastada:
un paraíso de cuerpos caídos
alzando los brazos en busca de un auxilio
no sé si seré yo
si será dios
si esa gente podría estar parada
si al final el temblor fue una falsa alarma
y está bien

las cosas se dan de una forma
las rondamos
absorbemos el olor
nos dejamos llevar por un instinto falso de solidaridad
hasta que la ruptura inminente
hace un agujero en la tierra justo
donde estamos sentados

B.
es un poco incómodo
la mala digestión tiene consecuencias reales
y uno puede estar mil horas
viendo a su cuerpo morir

el problema - la esperanza - 
está en despertar
y con los huesos blandos
descartar voluntariamente las sensaciones
de pesadez y reminicencia


(el proceso químico del sexo
el montañismo
el buceo con tiburones)


A.

mientras buscamos las fallas que componen el universo
el tiempo elabora sus estrategias destructoras
es sencillo
comemos lo que les sobra
de otra manera no estaríamos vivos
no nos creeríamos vivos
el resto es imaginación implantada de otros tiempos
de cuyo origen no podemos estar seguros

el cerebro es un campo de batalla
donde su triunfo está
en todo lo que parece improvisado

B.
la resignación es un invento que surgió
después
mucho después
de la civilización

le deconstrucción fue tan potente
que nos quedó esto:
una sensación intolerable
de que fuerzas externas manejan
la potencia de nuestras decisiones

el error está
todavía
en el punto inicial desde donde surge el movimiento
y por eso el diálogo es válido
hasta el infinito

esa también
es su estrategia

miremos el paisaje dinámico


deberíamos 


estar 



callados


2.5.15

tenemos que hablar de nosotros

ahora nadie cae
en la heroína en la ginebra
en el lavado en los negocios turbios en las mafias
en amores eternos y contrariados
en pasiones en la carne, en el torbellino
de una sangre alborotada dispersa
desencajada
ahora
nadie se pierde, quién escribe ahora
sobre algún amigo perdido
están más encontrados que nunca
aprendieron
desde la adolescencia
a civilizarse y los que no
ya están
muertos

les enseñaron
a construir sus lazos de manera perfecta
sobrellevan
bien todas las relaciones
mantienen las antiguas con prudencia
edifican las nuevas muy pulcros
se emocionan
en dosis aceptables
nunca lloran excepto cuando el porro
se los permite y enseguida
le delegan
la responsabilidad 

está claro: nuestra clase
nuestra generación
no escribe sobre problemas porque en verdad
no los hay
todo está perfectamente maquetado
no hay por qué llorar excepto
a seres de otra generación excepto
un fantasma antiguo que nos da vuelta
o el espanto que nos supone
el día en que todo esto estalle en mil pedazos
y nadie
tenga las herramientas necesarias para resistirlo
y nadie
sepa cómo abrazarse a una esperanza real
y porque hay que hablarlo
hablo de fortalezas digitales, por ejemplo
se sacarían fotos
mandarían mensajes
buscarían en internet miles de maneras
aplicaciones
la respuesta a lo que fuera que esté sucediendo
y la capacidad que pierden día a día de adaptarse
a impactos en el cuerpo
por ejemplo
la gente pierde la memoria antes de tiempo
se pone pelada antes de tiempo
evade progresivamente el sexo
decide regímenes de alimentación disparatados
se autoimpone rutinas de ejercicio
elije una serie a la que pegarse días y días
hasta fanatizarse con un personaje
elije el video viral que más motivador
le parece
o hace un reaconto en su cabeza
de las noticias policiales
para nombrar a más macabra en la familia
sabiendo que la conversación
estará consensuada
ya no vale ser metafórico
hay que decirlo
el infierno es un pozo muy transparente
es la gelatina en que todos se balancean dulcemente
al compás de muchos sintetizadores
y se consultan a cada rato cosas que pronto olvidan
y exigen con los puños cerrados noticias nuevas


y los chicos que nacen
ya saben cómo son
cómo aprendieron a caminar hace dos segundos
cómo se ven del otro lado
al nacer uno ya sabe
cómo es
y lo poco importante que es eso en realidad
porque al nacer uno ya sabe
que se parece
a todos los demás niños fotografiados en la clínica
ya sabe que será como esos adultos
y obedece perfectamente a todos los mecanismos de aprendizaje
tal como indican los libros y las guías de crianza virtuales
lideradas por licenciadas en maternidad y adolescencia

y obedecen
las normas que sus padres
les obedecen a otros y
lo saben
ven los libros
ven las pantallas y entienden
el delicioso poder hipnótico de todo esto, algunos padres
dicen
yo no quiero que mi hijo vea la pantalla
durante tanto tiempo
y uno piensa pero 
ya es tarde
y es mejor darse cuenta que alimentar
día a día
la esperanza a través de tu pequeña revolución familiar
regalarle a tu hijo una educación sana
implementar una dieta a base de raíces macrobióticas
no creer todavía que no nació
en el mundo donde vos naciste, es decir que ya desde que entra
está adentro
hasta el fondo



desde la perfección anatómica de sus pañales
y el cálido
seleccionado
aroma de su shampoo
que sabés
no daña 
los ojos. 

3.4.15

origen y desarrollo de la resignación

no tiene gracia hablar

después de haberlo aprendido, el juego
de hallarse las cuerdas vocales
de descubrir
la propia capacidad de imitación
es el más trascendente
el único trascendente de la vida porque nada
puede darse sin eso
y nada es mejor.

cuando el bebé canta, se canta
y su melodía no se parece a otra
porque no ha desarrollado el oído, porque no sabe
si lo hace bien o mal, todavía no incorporó
por imitación
los conceptos morales
ni los valores
ni las reglas de convivencia y menos
la capacidad de convertir sus emociones
en un mensaje. el bebé
todavía
no sabe cantar
pero canta
y cuando crece
y ahora
repetió ya mil veces
muchas de las palabras que escuchó y no pudo imitar
sumadas a otras que escuchó y en las que aplicó
 el mismo método de siempre.


lo hizo
tanto y tantas veces que todo corre el riesgo
de perder su gracia
a falta de voluntad de encontrar un estímulo
que se equipare con el primero
y luego de tantas búsquedas frustradas
que dejan como resultado un adulto
vulgar
semejante a una buena parte
disímil a otra
ya no se pregunta
qué porcentaje de su sangre está corrompida por el exceso de energía
que él mismo empleó para no quedarse afuera
del mundo de los adultos gesticuladores
que hasta hace poco le parecían de otra raza
raza con la que ahora debe luchar, negociar, enamorarse
en proporciones y momentos que nadie puede deducir
salvo él

y esa etapa en que abría los ojos como si abrirlos
fuera escuchar
la aprecia en otros niños y no recuerda nada
y les hace gestos con las manos desde muy cerca
porque siente que a medida que uno crece
debe alejarse de las cosas
para refugiarse de la propia angustia
que proyectamos en el mundo
pero no dice nada
porque desde ese día
en que él fue como el bebé
y oyó cosas que los otros decían
y parecían dirigidas a él
y se vio obligado a insertarse en esa mecánica
y descubrió
que nada era imposible si no debía buscar
para sí
un contexto que se adecue a los deseos originados
en su imaginación
que estaban cada segundo más alejados
de los barrotes de su cuna, de las camisas
arrugadas de los otros,
y eran, ya sospechaba, utópicos e imposibles
si el mundo de esas cosas
que se movían y reían falsamente
era también
su mundo.