22.2.14

preparación minimalista


  • siempre mirá al frente y nunca me mires. en la ruta empiezan a aparecer carteles, no los inspecciones. va a haber vacas cerca del asfalto, que no te llamen. vas a ver estaciones y paradas, nunca pares. chicos haciendo dedo, no los subas. va a empezar a llover con sol, no bajes la velocidad y aunque haya tormenta y no veas nada, no frenes. no aflojes la tensión de las manos ni alejes los pies de los pedales. si tenés un calambre decilo bajito, y sin mirarme haceme caso. aunque yo tenga sangre en la nariz, o respire de repente súper hondo, no pongas tu mano en mi rodilla. tengo todo para curarme. si hay un auto en contramano, dejalo. siempre te ven si vos mirás hacia adelante. si para la música, antes de que lo adviertas yo la habré activado. y si querés mear, meate. los asientos son absorbentes, o deberían. si te cagás o estás muy excitado, gemí muy lento, como hacemos todos. pero yo no te toco, no te desconcentro. si ves una ciudad, no frenes. aunque sea la nuestra. si tenés pánico o hambre, antes del sonido del estómago tendrás algo adentro y ni lo habrás masticado. se te hincharán los dedos. y no te olvides: llorá, con toda tu estructura en tensión, llorá sin ahogarte, gritando en ese momento en que se grita. si ves que se me cae el pelo, o me duermo de repente, no te espantes. acordate de las vacas. son lo más importante. te hablo antes de salir porque en el viaje será tarde. cuando lleguemos a la ciudad también. ahora estamos vivos todavía. no te des vuelta ni te enamores. que todos te pasen por adelante. siempre. y no te desanimes ni aunque los días corran y de repente notes el aire frío que empieza a entrar por la ventana. no será el viento que
    cambie. en todo caso no será lo que importe. no hay nada a través de la ventanilla, nunca habrá. tan cerrado que no entrarán los bichofeo, no te picarán el cuello. pero hay una condición. aunque mis labios se destanquen por la luz crepuscular y el contorno de mi mentón te provoque un deseo inusual; si no cambiás de posición el cuello, los rayos nunca te atraviesan. y conmigo estás para siempre a salvo. en cuanto a llegar, no es momento todavía. no se llega.