19.11.08

Corre, Forest.

Es parte del instinto intentar dar un paso más que los propios acontecimientos, imponerse de tal forma al futuro que se cree una confusión entre los tiempos, y no se sepa dónde se ha dejado el pie. La mezcla que se crea es casi intangible, irreconocible entre las horas, que se cruzan unas a otras, y es mágico observar cómo el concepto de período, la división imaginaria de los instantes, se difunde en la misma acción de querer, más allá de las condiciones que impone el orden, adelantarse a trote rápido a la vuelta de la muerte, a la otra vida dentro de una, dentro de otra que aún no se ha vivido y que se empieza a sentir, dulcemente, día tras día, correr en las venas.

Lo más lindo es cuando comienza a dar sus primeros pasos, ella también se antecede a todo, abre poco a poco la ventanita de la novedad, y da un poco de culpa tocar la pureza de lo que está por venir. No se tarda mucho, sin embargo, en entregarse de lleno a las imágenes hermosas que nos traza la incertidumbre de no saber del futuro y, al mismo tiempo, tenerlo tan cerca que casi es posible oírlo respirar.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

yo no selecciono de ninguna cajita de cristal.
si la película le gusta a una gran cantidad de gente la frase, por mas gadorcha que sea, perdura y se recuerda y se usa en pista.

Anónimo dijo...

prefiero decirte lo que pienso personalmente

...

...

...

listo :)

Ailén :) dijo...

Te adoro ♥

Amo estas cosas. Y no sé por qué en la revista de Falcone pusiste justo un conchín que no me gusta, o me parece que no está a tu altura :o