23.10.09

Los ojos, los dientes, el polvo.


Foto: Lucio Marquez.

Hay niños a la vuelta de la esquina que muerden el polvo de su propia casa e irradian aún con los ojos sucios un brillo que no tiene nombre. A veces atraviesa los cristales del mundo para proyectarse en otros ojos. La mirada los capta y ya no hay vuelta, porque la tristeza no es barrera, se abre como un mar turquesa que al instante está seco y es sal, sal de las lenguas que prueban el suelo, no importa si no hay suelo, si no hay lengua, siempre hay tristeza, hay una lágrima que se desliza como un cantar lejano, cuidado, ya se acerca. Una cámara es una secuestradora de imágenes que quieren escaparse, no te escapes porque hay un mundo afuera, y algo en tus ojos quiere hablarle.

2 comentarios:

Soledad Arrieta dijo...

Muy buena imagen, dice mucho, mucho. Muy bonito el texto también, una buena descripción de todo lo que se puede capturar en una fotografía más allá de la imagen.
Cariños!

Mariel Acuña dijo...

Me crecieron otros ojos que miran distinto gracias a tus palabras. Mariel