27.8.11

el (sapo)

el (sapo) se complace con morderle una a una las encarnaduras de las uñas, es pus florecido de las orejas, y el reflejo taxativo de las viejas añoranzas, para mutarlas en su propia



pretensión - una cercanía lo suficientemente tranquilizadora para arar el terreno de manera efectiva, ni clandestina, ni elocuente, ni sobradora, una maniobra mágica de sonrisas y complicidades a la hora de la cena


el (sapo) es un orgullo familiar, la pasión exteriorizada por los ancestros, el deseo inagotable de parecerse a sí mismo. reflejo estallado, goteado en sangre, levemente catapultado en sus entrañas, el (sapo) desencarna su prodedumbre para machacarla en sutiles golpeteos en los bordes. secreción de la grasa, primeros jugos: el beso que ambos recuerdan pero ninguno nombra, el candor que ataca las partes más vulnerables de los nervios, que estalla entre sus miradas un sinsabor de angustia



y malvenciones, el disimulado brillo a la hora del saludo, el abrazo cordial suscitado de las fechas festivas: las actuaciones decoradas con suaves lazos rojos. el amor


específico y prohibido, una lombriz zarandeando su débil cuerpo por entre los caminos más empolvados de su vínculo


(sapo), no desencaja ni corresponde. es parte incompleta y salvaje de uno mismo. como aquello que responde ante el espejo cuando las drogas ya han surtido efecto en los sentidos: una distorsión desencontrada de los más horribles intersticios de mi inconciente. usted no lo conoce, el (sapo) es un anónimo que envía una carta hasta su puerta, y lo hace sentir privilegiado.


por eso, más en sí mismo, el (sapo) llora entre sábanas agujereadas por cigarrillos encendidos y llama compulsivamente a nombres que encuentra para olvidar su soledad. el (sapo) responde con somnolientos balbuceos, disimulando el orgullo que le representa ser elegido para suplantar abandonos. es eso, entonces, él, fiel (sapo) que todo lo completa: un verde oasis apenas alcanzable, que se reparte en pequeñas dosis por medio de diferentes partes del cuerpo - una por cada vez - y con terribles efectos secundarios

3 comentarios:

g. dijo...

buenísimo pau.

Carolina Bugnone dijo...

"(sapo), no desencaja ni corresponde. es parte incompleta y salvaje de uno mismo". esta frase me hizo ver un sentido completo del escrito,sos difícil de leer, eh? (es un piropo).
besis chauchis paulis

Anónimo dijo...

Bueno, no sé, a mí cuando te leo se me explota el mate. Y cuanta palabra pueda balbucear acá va a quedar desprotegida y olvidada, y renegrida y aplastada, obtusa y desencajada. Te sigo odiando. Beso.