24.5.08

Un poco de discurso.

En los momentos (esos momentos) en que me pongo a escuchar jazz y a leer es cuando más te necesito. Por una cuestión de armonía, de proporcionalidad. Sí, demasiada ciencia pero ella hizo de mí aquí, de la música acá, del libro allá. De vos quién sabe dónde, tal vez buscando mi cuerpo para abrazarlo, o revolcándote con otra, o besando mi foto mientras suenan las notas y dicen las palabras y recordás compulsivamente mi nombre. Pero al final somos lo mismo, una parcialidad que necesita de la otra para ser total, para ser. Por eso aunque te revuelques aquí o allá y yo sonría, no dejamos de inventarnos enfermos de tanta necesidad. Por eso puedo crearte tan precioso entre las notas y los discursos interminables, entre el pasado y el presente y cuestiones físicas más allá de lo físico. Por eso podés tocarme cuando cerrás los ojos, cuando los abrís, cuando te olvidás. Te es tan fácil hacerme y deshacerme, aunque te vayas, aunque no te importe. Porque nos separa tal vez una distancia interminable pero qué mas da si esa distancia se hace centímetro apenas aparecés entre el sonido, cuestiones metafísicas que nunca vas a entender. ¿Y yo? Y yo menos.

No hay comentarios: