12.9.10

Antes de que me vaya

¿Se fueron? Fijate si se fueron. Bien. Subí la música, al mango. Más alto. Al tope, hasta que no puedas seguir moviendo la ruedita... Uy a ver, dejame a mí. Ahí está. Ya sé, aturde un poco, pero al rato te acostumbrás. Hay un sillón allá, tirate. Primero abrí bien grandes los ojos, después cerralos con fuerza. Lo que es ese bajo, no se puede creer. Prestale atención, jugá con eso: primero el bajo, después la batería, después cuando llegue el solo el piano. Ahora fusionalos, cuando se pongan todos de acuerdo. Movete como si fueras vos la música. Las drogas no vendrían mal, sentir que uno es parte de todo, eso pasa, que uno es parte de todo. Parate y bailá conmigo. Somos tantos en esta tarde mágica. ¡Vuelan los pájaros allá! ¿Los ves? Para mí que también nos están escuchando. Se ponen de acuerdo para cantar, qué cosa tan hermosa. Te extraño un poco sabés, y eso es raro porque estamos bailando. Pegate más a mí, nunca dejes de escuchar el bajo porque ahora viene la mejor parte. Un solo fantástico, si uno supiera realmente describirlo sin tener que sufrir esta rara incertidumbre. Afuera no está pasando nada, acá somos nosotros y está todo. Dejanos solos, realidad. No le cuesta nada, con todas las cosas que tiene que hacer. Esa señora hace resonar sus tacos, y menos mal que no llegó el marido porque se pondrían a pelear, como siempre. ¿Nunca pensaste lo inútil que es pelearse, empezar a las puteadas para luego terminar en la cama porque sería demasiado costoso separarse? Ah, menos mal que nunca nos casamos. Cuando seamos grandes, lo sé, nos vamos a equivocar. Qué feo nos vamos a equivocar. Escuchá la batería, hace un contratiempo. No te estoy dejando escuchar, lo sé, pero te resignás porque sabés que soy así y no podés cambiarme, además yo te traje acá, no me reproches nada.

No te canses nunca, la música no va a terminar por vos. El mundo nos queda demasiado grande, y quizás por eso somos felices, hay tantas porquerías afuera que mejor no pensarlas, dame la mano así y revoleate, que nadie te detenga, que no vengan. ¡La vida tiene cosas tan fantásticas! Pero al final siempre concluyo que son una ilusión, que la realidad es mala y todo lo que no nos parece malo es en realidad una mentira. ¿No podría ser al revés, también? ¡Yo qué se! No parecen tan irreales las notitas agudas del piano. Fracasaremos en todo, yo lo sé. En cada paso nos caeremos como estúpidos, pero no importa demasiado, estoy escribiendo tan mal últimamente... y eso me da miedo, la única esperanza de supervivencia. Claro, después de que esta tarde muera, porque no sé si voy a sobrevivir. Vení y bailá conmigo, la música no va a terminar por vos.