13.3.13




Vi al desperdicio en todas sus formas:
su figura de pájaro dorado
que vuela en vela
sobre sueños artificiales.
los sueños de la vida, después están los otros
en los sueños íntimos el desperdicio se contorsiona en contornos
fluorecentes
y sabe los recovecos, las grietas, las salidas
y juega sin restricción, sin desvanecerse, cómo decirlo
sin desembarazar nunca su nombre,
y se parece, qué lastima, a una pesadilla.
despierta, el sueño hondo, y no se despereza
es disipación dudosa, como la alucinación de la embriaguez
y uno apenas abre los ojos
vuelve a soñar, porque el cuerpo no puede,
quiere, se tensiona, pero no sabe dejarlo:
la tentación mortal del cigarrillo
la necesidad compulsiva de los vicios
y después, el sueño de colores
que sí tiene nombre, que sí tiene forma
y todas sus salidas están a la vista
y todos sus propósitos son claros.


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