27.7.08

Cuando te veía.

Cuando te veía mi amor, cuando te veía te juro que sentía cómo se mojaban mis ojos y se me nublaba la vista. Pero te seguía viendo porque siempre estabas hermoso y temblabas como un tonto, me acuerdo que hasta llorabas si te tocaba porque te ponías nervioso. Tan lindo te ponías ahí, tan lindo que me daba lástima tocarte porque era como romperte en pedacitos . Pero después te rearmaba y volvías a ser vos, con tus ojitos brillando entre la niebla de mis ojos y la niebla del aire, volvías a besarme, frío y distante pero más hermoso aún. Por eso te olía hasta retenerte en la memoria y que no te fueras de todos mis sentidos. Y aún no te vas porque sigo sintiéndote clavado en el alma como un escrito o una palabra, estabas tan frío cuando te vi, ayer o hace mucho. Te vi perdido entre el frío como en todos los encuentros, llorando de dolor porque te ibas, te ibas tras la niebla como desapareciendo para siempre, convirtiéndote en una silueta apenas visible. ¡Cómo te seguían brillando los ojitos, igual que ayer, igual que siempre! Tanto que tuve que llorar con vos y hacer del llanto lo último que compartíamos, si es que no compartimos aún el beso helado marcado en la carne de los labios como una tenaza. Sintiéndose incorporado, cada vez que hace frío y se dibuja tu silueta, bailando entre la niebla.

1 comentario:

David dijo...

ahora me puedo dar cuenta mejor de cuándo ninguna cosa fea perturba tu alma y de cuándo queres descuartizar.
es muy tierno cómo escribís en el primer caso. igual adivinarte es imposible. no te sientas adivinada. te dije que no!