1.4.08

Viejos tiempos.

Es como un secreto... un secreto que ni siquiera nosotros sabemos. Como si nos ocultáramos de nosotros mismos, como si no supiéramos qué es lo que de verdad pasa. Y por momentos no hace falta una explicación, solo ese instante, esa mirada, ese gesto, ese roce. Esa sensación de que esto no es igual a lo demás... que nos sentimos diferentes, que pasa algo diferente. Y no lo admitimos, o no lo vemos, o no lo creemos. Y nos perseguimos como dos niños, la casualidad, la complicidad, los choques y esa sensación de incomodidad, de bien estar, de mirar con otros ojos... de mirarte con otros ojos, y sentirte distinto, sentir que no sos el mundo. Sos otro, sos esos ojos lindos y tu cara triste, sos esa mentira, sos el disimular, el mentiroso. Sos quien no admite lo que pasa, el que tiene miedo, el que recuerda. El que también sabe que tiene otra vida atrás y se asusta... se asusta de lo que vendrá, de lo que está pasando, de lo que sentimos. Qué raro estar escribiendo todo esto, siento que tal vez mañana me despierte y me de cuenta de que no pasa nada, de que en realidad es una ilusión del corazón, de que no hay más que ver en una simple amistad con confianza, con una mirada, con algo... Algo que no debería hacerme sentir importante, después de todo tal vez el mundo sea así y soy yo la que intenta verlo de otra manera, en este intento desesperado de mirarte a los ojos una vez más.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

que lindo... sólo una cosa para decir, SENTI!
que es lo mejor que podés hacer.

te firmé la entrada anterior :)

Anónimo dijo...

a menudo, pequeña paula, el mundo es más de lo que vemos



lu: gracias por contradecirme en la entrada anterior, realmente lo necesitaba =) pinta el debate filosófico en el blog de pau, ja